Este pasado mes de noviembre, he vuelto a Sevilla a ver a mi amigo Don Roberto, ilustre sevillano donde los haya, y como visita casi obligada, está la Catedral, de estilo gótico, siendo la más grande del mundo.
La edificación se realizó en el siglo XV en el solar que quedó tras la demolición de la antigua mezquita aljama de Sevilla, cuyo alminar (Giralda) y patio (patio de los naranjos), aún se conservan.
La Giralda es el nombre que recibe la torre campanario de la catedral de Santa María. Los dos tercios inferiores de la torre corresponden al alminar de la antigua mezquita de la ciudad, de finales del siglo XII, en la época almohade, mientras que el tercio superior es una construcción sobrepuesta en época cristiana para albergar las campanas.
Está, igual que la torre de la Catedral de Toledo, en restauración, seguro que las dejan impecables para que podamos seguir disfrutando de estas maravillas.
Mide 104,1 metros de altura, incluido el Giraldillo, que son otros 7,69 metros.
Fue durante siglos la torre más alta de España, así como una de las construcciones más elevadas y famosas de Europa.
No hay escalones, tiene 35 rampas con el fin de que el sultán pudiera subir montado a caballo para poder ver las increíbles vistas:
Las vistas de Sevilla desde sus ventanas son algo único.
Cada vez que voy a Sevilla, me horrorizo con la aberración de la Torre Pelli, creo que es un atentado contra una Ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, sólo comparable a que en todos los bares sólo sirven Cruzcampo y si pides una cerveza de verdad, te miran raro, pero como decía mi querido Quevedo, Poderoso Caballero…
Juzgen ustedes mismos:
Tuvimos la suerte que justo cuando atardecía, los numerosos puestos de castañas asadas encendieron su carbón, provocando una tremenda humareda y creando un ambiente «especial».
Quiero dar las gracias a Roberto y Lidia por su compañía, vuestras atenciones fueron maravillosas como siempre, espero no tardar demasiado en volveros a ver.
El equipo utilizado fue:
Cámara: Nikon F2A.
Objetivos: Nikkor 24 f2 AIS y Nikkor 50 f1.2 AIS.
Película: Fujifilm Neopan Acros 100.
Revelador: Kodak X-Tol 1+1.
Grandioso reportaje! Enhorabuena
Unas fotografías increíbles, que muestran la magia del momento y el talentazo de quien las realiza. Gracias Eduardo, yo también espero que no tardes en volver!
Preciosas Edu,así en blanco y negro parece la Sevilla de hace años,que bonito.
Genial, Parienti, fantásticas imágenes, que envidia de viaje, todo menos lo de la cruzcampo 😉
Increíbles como siempre, muy bueno lo de la Cruzcampo jajaj
Excelente reportaje que me trae muchos recuerdos de mi época de estudiante en Sevilla, hace muchos años ya.
Que buenas tío! Ya decía yo que tenían una atmósfera especial, hasta que lei lo de las castañas, si señor buen artículo!
Ya es difícil captar el «color especial» de Sevilla en una fotografía en blanco y negro…ale, otro reto conseguido.
Habrá que volver a Sevilla y subir las rampas de la Giralda.
una de las entradas mas espectaculares que he podido saborear en tu web! ya me ofreciste un pequeño adelanto privado, sabia que el reportaje iba a ser una delicia. Qué alucinante atmosfera, me ha recordado a algunas fotos de Brassaï, espectacular. Además bien acompañado, sabes rodearte de gente especial. Me ha dado mucha envidia, sana.. claro!
Y dale una oportunidad a esa Cruzcampo, es un brebaje interesante.
Ni de coña, pa tí el agua con porvos esa.
Las fotos fantásticas. Aprovechaste esa maravillosa luz con las que nos encontramos. Fantástico el finde de ópera y correrías fotográficas. Y fantástico ver cómo te pimplabas a morro esa Cruzcampo.
Puedo alegar en mi defensa, señor abogado, que por cortesía no iba a rechazarle una «cerveza» a tu jefe con la amabilidad que me la ofreció, como sucedió se lo estoy contando, señoría.
Excelente reportaje y excelentes las fotografías.
Ohhhh!! Que bonitas vistas 😍😍