El último día del «estado de alarma«, antes de que llegaran los turistas, he dado otra vuelta por nuestro querido casco histórico para fotografiar la ciudad «durmiente» y casi vacía de gente.
Aunque hiciese bastante calor, creo que va ser difícil volver a ver la ciudad así un sábado por la tarde.
Uno de mis lugares favoritos son los cobertizos con sus monolitos anti-duelos, creados para evitar ser sorprendido de noche por un «rufián» emboscado esperando a su víctima.
Según el Libro Guinness de los Récords, la ventana mas pequeña del mundo está situada en el Casón de los López de Toledo, sito en la Calle Sillería.
La siguiente fotografía es una doble exposición accidental de la Posada de la Hermandad y el Arco de Palacio, no era mi intención, pero a veces estas cámaras antiguas hacen cosas de éstas.
Encontrar la Plaza del Ayuntamiento completamente vacía un sábado por la tarde es algo insólito.
En esta salida estuve acompañado por mi amiga Mar a la que inmortalicé cruzando el Pasadizo de Balaguer.
El equipo utilizado fue:
- Cámara: Yashica Mat 124 G + adaptador angular.
- Películas: Ilford HP5 IE 400.
- Revelador: Kodak HC 110-B. 05:00 min. a 20ºC.
Que pasada de fotos. Eres un artista
Una pasada amigo no paras de sorprendernos!!
Increible ver Toledo asi ! Que bonita ciudad ! Vaya buen report que has hecho , felicidades !
Como siempre la luz no puede guardar secretos contigo…y mira que lo intenta…excelente paseo querido amigo.
triste pero a la vez bonito recuerdo de un Toledo vacío. Técnicamente como siempre impecable y con el toque curioso de la doble sin querer 😉
Chapeau
Fantásticas fotos amigo. La verdad es que todo esté ambiente crea un poco de desasosiego. Calles vacías, sin vida. Sales a hacer fotos a la gente y te encuentras con que no hay nadie. Tendremos que aprender a adaptar nuestra fotografía. Como dice Pablo Juliá, aunque referido a la actualidad, “Otros tiempos”…
Unas fotos geniales de un Toledo desconocido sin gente, enhorabuena!
Toledo nunca deja de sorprenderme y tú lo has conseguido con tus fotografías. Me encantan todos esos detalles.
Buenísima serie para contemplar Toledo en su esencia. Sin coches ni turistas, sólo le faltan toledanos.