Dentro de las visitas solidarias realizadas por la Asociación Regional de Guías Oficiales de Castilla-La Mancha, he tenido el privilegio de poder visitar el Imperial Monasterio de San Clemente.
El monasterio fue fundado por Alfonso VI extramuros después de la conquista de Toledo entre 1085 y 1109, fue trasladado por Alfonso VII dentro del recinto amurallado en casas particulares creciendo hasta abarcar toda una manzana actualmente.
En un principio perteneció a la Orden de San Benito, adoptando en 1117 la reforma del Císter, en 1175 el arzobispo de Toledo les permite ceder obediencia al abad del Císter y en 1180 reciben la bula con todos los privilegios del papa Alejandro VII.
El monasterio tiene dos entradas, una al convento y otra a la iglesia que es la única estancia fuera de la clausura.
Como curiosidad, el genial Gustavo Adolfo Bécquer dejó su autógrafo en esta portada.
La iglesia, fue trazada por Alonso de Covarrubias, es la única edificación ubicada fuera de la clausura, con una sola nave dividida en dos tramos, con muros enlucidos y decorados con pinturas murales sobre pasajes evangélicos.
El coro se sitúa a los pies del templo y a su mismo nivel; tiene acceso por el patio.
El convento tiene, además, varios patios, entre los que destacan: uno llamado de las Procesiones, que es por donde se accede al coro, a la iglesia y a la sala capitular.
En ésta visita he tenido el privilegio de ser guiado por mi amiga y Guía Oficial de Turismo, Laura García que nos narró la historia y los secretos del monasterio.
Si estáis pensando hacer una visita guiada por Toledo, os recomiendo efusivamente contactar con ella, os enlazo su página web:
La sala capitular es una estancia adosada al muro del evangelio de la iglesia, cuya cubierta es una techumbre plana de madera o alfarje.
Tiene un banco corrido de azulejería, así como un sillón y el altar que preside la sala siendo decoración típica mudéjar.
Dentro de la sala capitular, se han descubierto en reformas recientes, pinturas murales medievales de extraordinaria belleza:
Actualmente el monasterio está habitado por monjas bernardas que siguen la regla del císter “Ora et labora”.
Según la tradición, el mazapán en su versión actual se inventó en este convento a principios del siglo XIII.
Tras la batalla de las Navas de Tolosa, en 1212, el hambre se extendía en toda la región. Las monjas de San Clemente únicamente contaban con azúcar y almendras y los mezclaron para conservar ambos productos mejor. De este modo nació el mazapán. El nombre de «mazapán» provendría de la herramienta o «maza» que utilizan para machacar las almendras con el fin de hacer el pan o masa, en el museo del convento se conserva el cuenco original en el que crearon por primera vez el mazapán.
Actualmente las monjas siguen fabricando mazapán según la receta original y de forma totalmente artesanal.
Si vais a Toledo, no dudéis en adquirir este exquisito manjar.
El equipo utilizado fue:
●Cámara: Nikon Df.
●Objetivos: Nikkor 24 mm f2.8 AF-D, Nikkor 50mm f1.4 AF-D y Nikkon 105mm f2 DC.
Fuente: https://es.wikipedia.org/