La semana pasada después de que se abriesen las «fronteras» autonómicas, mi amigo Luis propuso dar un paseo por la judería, y allí nos plantamos disfrutando del día entre fotografía y buenos amigos.
El Puente de San Martín fue construido originalmente en el siglo XIII, tomando el nombre de la parroquia a cuya jurisdicción pertenecía: San Martín.
En su construcción es probable que se tomara como modelo el puente de Alcántara, aunque tuvieron que proyectarse más ojos por la mayor anchura del Tajo en este punto de su curso.
A mediados del siglo XIV, hacia 1355, Pedro I de Castilla habría prendido fuego a las puertas del puente, y en 1368 volvió a sufrir daños.
Fue restaurado por el arzobispo Pedro Tenorio, hacia 1390, que hizo construir el gran arco central y los dos torreones almenados de los extremos.
El puente es todo de sillería.
Durante el reinado de Carlos II de España se reformó, ensanchándose sus accesos, y un siglo más tarde se pavimentó. De ambas reformas queda una inscripción en el muro interior del torreón de entrada, con el escudo imperial flanqueado por dos reyes sedentes.
En esta salida me acompañaron mis amigos Luís Rodríguez vicepresidente de la Asociación Fotográfica de Toledo, y Oscar Pontón, el Oráculo del Este.
El equipo utilizado fue:
- Cámara: Nikon F2A
- Objetivos: Nikkor 24 f2 AI-S. Micro-Nikkor 55 f3.5 AI-S y Nikkor 135mm f2.8 AI-S.
- Película; Kodak Double X IE 250.
- Filtros: Degradado neutro suave b&w y Polarizador Nikon.